Estos días he tenido la oportunidad de visitar Belchite, pueblo de la provincia de Zaragoza y muy cercano a Fuendetodos, donde nació Francisco Goya.
Hace más de 20 años visité por primera vez el pueblo y me impactaron las ruinas y la desolación del pueblo, el estado en que había quedado tras la batalla.
Hoy, veinte años después, me ha sorprendido la devastación del pueblo. Poco queda en pie de aquellas ruinas. Donde antes había fachadas y casas a medio derrumbar, hoy solo quedan montañas de cascotes. Muy desolador.
Durante estos años la rapiña, la falta de respeto hacia nuestra historia y las inclemencias del tiempo han hecho un daño de imposible reparación.
Desde 2007 el pueblo viejo de Belchite está cerrado y solo se permiten visitas guiadas, para preservar lo que queda. A pesar de todo, si pasáis por allí, no os lo perdáis. Merece la pena verlo y recordarlo.
La fotografía que encabeza este post pertenece al interior de la Iglesia Convento de San Agustín. Próximamente pondré más fotos en la sección correspondiente de la web.
Os transcribo un texto de Federico Ayala Sörensen publicado en el diario ABC el 14/3/2015.
“Belchite es un pueblo zaragozano que tuvo la mala suerte de encontrarse en la línea del frente durante la Guerra Civil, convirtiéndose en territorio de Frontera. Pasó de manos republicanas a nacionales y viceversa. La contraofensiva republicana, iniciada el 24 de agosto, buscaba retrasar la caída de Santander, pero, al caer ésta, se sustituyó el objetivo por la toma de Zaragoza. Comandada por el general Pozas, logró penetrar quince kilómetros en territorio nacional. Atrás, en la retaguardia, quedaron dos pueblos: Quinto y Belchite. El primero cayó rápidamente, pero Belchite, bien defendido, comenzó una resistencia heroica, que obligó a luchar casa por casa. La batalla dejó unos 6.000 muertos entre los defensores, 3.000 prisioneros y 636 soldados que se pasaron de bando. Aunque se utilizó de manera propagandística como un gran éxito, lo cierto es que no sirvió más que para eso, para propaganda, para intentar trasmitir a la población una contraofensiva republicana exitosa. Indalecio Prieto, descontento con el desarrollo de los acontecimientos, envió a Pozas un telegrama en el que decía: «Tantas fuerzas para tomar cuatro o cinco pueblos no satisfacen al ni Ministerio de Defensa ni a nadie».
Tras la guerra se construyó un nuevo Belchite. Aunque muchos piensan que el abandono del antiguo pueblo se produjo tras la Guerra Civil, lo cierto es que las últimas familias que dejaron el Pueblo Viejo de Belchite lo hicieron a mediados de los años 60. Quedaba así como testimonio de la batalla que diezmó el pueblo durante aquellos catorce terribles días del verano del 37. Lamentablemente, la desmemoria de nuestro país ha hecho que el pueblo se deteriore por falta de cuidados.”
(Si te ha gustado, compartelo. Gracias)
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